sábado, julio 28, 2007

más Jogja

No he puesto muchas fotos últimamente, y como no tengo mucho escrito, vamos directo a las imágenes.
Luego de la uni y dada la hora (me toco por casualidad una larga conversa con los tres chivos de la universidad, y el chamo con el que estaba le daba pena interrumpir la conversa) un chamo de la residencia me llevó a ver uno de los mega templos de por aquí. Es gracioso que como la residencia tiene 14 personas todas con moto, no he podido ni caminar la ciudad. Digo que me provoca comer helado y sale alguno a llevarme. Pero bueno, nada, Prambanan es un mega complejo de templos hiduistas y budistas como a media hora de Jogja.

Detalle de vendedora local:


Vaca/Dani, nuestros expertos Budistas, nos dirán si esto fue un irrespeto (además de una maracuchada):


En el camino, infinitas motos por todos lados y algunas arregladas como esta para cargar desde cemento hasta gallinas vivas.


A la noche, salimos 3 de la residencia y a media cuadra, en la acera, estaba este puestico de lo más chinoso, vendiendo te, fideos, pinchos, con un par de sillas y una alfombra en la acera a cada lado. Así que nos quedamos los 3 hablando como una hora a la 1am sentados en una alfombra en la acera tomando te de jenjibre con leche y comiendo sopita.


A la mañana, con un Indoneso irregularmente alto y una chica bastante chica (cargada en la foto).


Antes de eso, a las 430am me vino a buscar uno de los chamos y me llevo a ver el amanecer en el volcan cercano (el mas activo del mundo actualmente o algo así), pero estaba tan nublado que ni la moto veíamos si caminábamos un poquito.
Al mediodía me fui con otros 5 a ver otro templo impresionante a una hora de Jogja, el de Borobudur. Es un mega templo budista, una pirámide en roca volcánica, realmente impresionante. Quizás medio parecido en escala a la pirámide de la luna en Méjico, pero con muchísima más riqueza en decoración


Y para los que seguro se les ocurrió la idea:


Una comidita, acompañada de su correspondiente posillo lava manos.

A la noche, me fui con Andrei a ver un ballet que se presenta en verano desde hace aaaaños, representando una historia complicadísima medio legendaria. Por cierto que se hace al aire libre justo delante del Prambanan iluminado de noche, uno en realidad se pasa toda la función viendo el templo atrás.

Este es Andrei jugando con el Gamelan al final de la función.

De regreso vimos un medio tumulto y nos metimos y era una presentación de marionetas de cuero. Aquí quiero hacer un paréntesis porque me pareció arrechísimo más que el show la actitud del publico. El sitio estaba lleno de locales (de los autóctonos), incluso motos paradas en la calle enfrente. En cuanto llegamos como yo era el único turista en la movida (reconocible por la cámara) todo estaban como emocionados y empeñados en sentarnos en el frente y el centro. El estage tiene a un tipo manejando y haciendo las voces de las dos marionetas (en javanes), bastante lento y básico, y en frente una orquesta de gamelan, y en eso se pasan desde las 7pm hasta la 5 am, cambiando de narrador cada hora. Pero digo que lo que me impresionó es que eso estaba reventado de gente pendiente de lo que decían las marionetas, hasta se reían del diálogo, y oyendo su concierto de gamelán...

Y eso es todo por hoy. Mañana pensaba irme a Surabaya temprano, pero al final creo que me iré en bus nocturno y llego a la mañana del lunes directo para el aeropuerto. Básicamente no contaba conque el viaje era tan largo (8 horas) y prefiero aprovecharlas aquí que perderlas viajando. Igual obviamente viajaré para llegar medio madrugando y así estar sobreseguro para el vuelo. Ese lunes en la noche lo duermo en Kuala y el martes ya debería estar durmiendo en Siem Reap.
Saludos!

viernes, julio 27, 2007

Kuta - Jogja

Kuta al atardecer:
Kuta de noche (al mejor estilo 4 de mayo):

El día de ayer (26, porque en realidad no estoy publicando al día) estuvo tranquilito pero sabroso. Salí extremadamente temprano y sin haber dormido mucho (culpa de un gripón fastidiosísimo que cargo ahorita) para el aeropuerto, y al llegar a Jogjakarta me recibió en el aeropuerto Andrei, quien me había ido a buscar en su motico. De ahí a su casa, pasando trabajo yo para mantener el morral estable. La casa es una residencia estudiantil compartida entre 13 estudiantes provenientes de Borneos, de hecho es propiedad del gobierno local de Borneos que la ofrece a sus estudiantes.

Un poquito desastrosa pero fina. Mientras avanzaba la mañana se fueron despertando los inquilinos, aun cansados por una fiesta de grado que habían tenido la noche anterior, y mientras desayunabamos arroz con pollo (ligerito) converzábamos de venezuela. Esta gente por cierto conoce toda a Hugo Chavez, es lo primero que se les viene a la mente cuando digo Venezuela. La casa, además de hospedar a estos 13, es centro social de otra gente de borneos, y durante todo el día ves entrando y saliendo gente de la casa, sentándose a comer o a conversar. Hacía el medio día salí con Andrei en la moto hacia la calle central, paramos la moto y recorrimos el mercado y el castillo del sultán. Podría ser interesante, pero está completamente descuidado, además con el terremoto de hace 2 años varias cosas se terminaron de caer. Luego pasamos por lo que queda del water palace, apenas unas ruinas y regresamos a la tarde a la casa.

Ahí estuvimos hasta tardecito, conversando, yo mostrándoles música venezolana, fotos del viaje y comiendo frutas raras, nuo mamones como lychies pero más pequeños, otra cosa marrón escamosa y pequeña, ni idea de que es. Y a la noche nos fuimos al hotspot zone hasta bien entrada la noche. Realmente me gustó la idea de ese sitio, como 20 personas todas sentadas en las alfombras al aire libre, conectadas al wireless y tomando té y café.

Hoy me levanté bien tarde y ahorita estoy visitando la universidad de uno de los chamos de la residencia, un edificio de humanidades, y bueno, tipo normal exceptuando que todas las niñas tienen su pañuelo de musulmanas. La cosa es que la universidad es una universidad islámica, así que al menos adentro tienen que comportarse debidamente, pero afuera la mayoría anda sin el pañuelo en realidad. En media hora es el rezo del mediodía del viernes, el más importante (la ciudad literalmente se muere por una hora) y luego uno de los chamos de la residencia me lleva en moto a Borobudur, un mega templo budista a 40 minutos de aquí, supuestamente al mismo nivel que los de Siem Reap. (ya se fueron al rezo, esto está sooooolooo). También nos metimos hace un ratico en una café frente a la uni, en realidad dos mesas, una fritanga de tequeños de rellenos de cambur, una olla de agua hirviendo y sobrecitos de todo: café, te normal, te de genjibre, jugos, todo en sobrecito.

desayuno balines

Algo que olvidé comentar hace par de días, y que de seguro al menos a Cappe le ha de interesar. Resulta que por aquí todos los hostels, hoteles y hostales ofrecen desayuno incluido, y el desayuno es una taza de te o café con tostadas y huevo o jamón, o una panqueca de piña o cambur. Cappe y yo, perspicaces, notamos que eso no sonaba a un desayuno típico de la zona, y el día antes de irnos en conversa con una señora muy simpática provamos uno de sus posibles desayunos. Son unas miniempanaditas hervidas, parecidas a la yosas, pero verdes y rellenas de una sustancia ámbar y dulce, que podría ser miel o papelón, no se bien. Alguna gente desayuna unas 8 o 10 de esas bañadas en coco y acompañadas por un café. Siguiendo en conversa con la señora quedamos en que si yo me quedaba un noche más me hospedaba con ella, y que en ese caso me ganaba un desayuno balines en lugar las panquecas. Efectivamente me quedé una noche más, me quedé con ella y a la noche cuando le recordé incluirme en la cuenta de su desayuno me preguntó si me gustaba el picante, a lo que valientemente le respondí que sí. A la mañana tenía en el plato algo que ya había visto en el mercado: un cono de hoja de palma lleno de arroz, de un sofrito de mini pescaditos secos con tofu, tempe y vegetales (siendo básicamente los "vegetales" ají chirel) y algunos trozos de pescado. Al servir me advirtió que si no me lo podía comer le dijera, que tenía unas panquecas sabrosísimas... pues total que no me había llegado el tenedor a la boca cuando ya estaba rojo, moqueando, llorando y con la boca ardida! y nada, como buen macho venezolano me tocó terminarme mi cosa, pero al menos ya se que toda la comida hasta ese momento tenía picante "turístico", y ya se como es que come esta gente de verdad!

jueves, julio 26, 2007

hotspot zone

estoy en un sitio demasiado gracioso
en jogjakarta
me estoy quedando en casa de unos chamos de couchsurf
y ahorita vinimos a la "hotspot zone"
es la parte de afuera de un edificio de comunciaciones
tienen unas alfombras en el piso
un carrito vendiendo cafe y te (musulmanes, no alcohol)
y par de mesitas para las laptops
y un poco de gente tirada en las alfombras
bien gracioso
al aire libre

miércoles, julio 25, 2007

Kuta...

Pues Kuta... no me emociona que digamos. Pero nada, por aquí ando.
El día arrancó tratando de conseguir la visa para cambodia. Para los que no les he contado, Cambodia tiene un comodísimo sistema que permite a los turistas conseguir sus visas por vía electrónica en tan solo 3 días laborales, cual si estuvieran aplicando para una cuenta de yahoo. Claro, no había contado yo conque en estos pueblitos el internet no sirve para mucho. Total que luego de varios intentos fallidos llegué a mi clase de cocina, tarde, y sin visa para cambodia. La clase estuvo finísima, lamentablemente no fue hands on, pero paseamos por el mercado y vimos al pana cocinar y alimentarnos con 7 recetas, en realidad fue una sola comedera desde las 9am hasta las 2 de la tarde. La comida bien sabrosa, con base en una salsa de especies y raíces, y el curso venía con un delantal, un librito de recetas, además de toda la comida de ese rato, por 15 dolares, bastante bien en realidad. De ahí salí, logré hacer lo de mi visa, y de nuevo a la carrera logré agarrar un shutle directo a Kuta.
Enllegando a conseguir posada y a salir a ver que tal el sitio. Lo primero fue acerarme a la playa para el atardecer, y bueno, la playa... para surfers debe ser excelente, si, tenía un montón de olas. Por lo demás, una playa bien amplia, como 30 - 50 metros de arena blanca, y ya, nada especial en realidad. Sobre el resto de Kuta, es una amasijo de tiendas buhoneriles (lentes baratos, shores de imitación...), agencias turísticas, tiendas pavas (quicksilver, Levi's...) y, el highligth de la zona, discotecas y locales. De hecho toda la zona esta tan llena de turistas que (como ejemplo trágico) en el 2002 pusieron unas bombas que mataron 250 personas, y de esas 80 eran australianas y solo 40 indonesas.
Como a mi en realidad no me interesaban muchas de esas cosa, lo que me puse fue en principio a caminar, y en una de esas tuve un megaataque de sibaritismo. Resulta que en el local más pavo (dos pisos al aire libre, a la orilla de la playa, todo bien iluminado, medio de lujo) tenían como plato del día 400gr de langosta a la catalana a un precio exorbitante... que si se pagaba con la tarjeta de crédito y por tanto a cambio oficial no pasaba de 40mil bolos. Total que saqué mi cuenta y me senté en mi sitio pavo a comerme mi mega langosta. Buenísima! y el sitio también...
Pero nada, pasado ese paréntesis de sibaritismo seguí mi caminata por la playa y por la calle en dirección norte, y luego de pasarme a la principal (equivalente a la 4 de mayo margariteña) me regresé con par de paradas en los famosos locales de la zona. Por cierto que en uno tenían algo bien divertido, un toque de tambores tal cual nuestros tambores playeros, pero incluyendo un pequeño gamelan. Sonaba bastante bien. Los locales todos llenos de australianos y europeos, algunos acompañados por locales... osea, los locales (sitios) con locales (autóctonos) adentro :).

Y listo, ya aterrizando porque mañana me sale salir tempranito tempranito, y aprovechar el día en jogja. Allá llego a casa de un chamo de CS que estudia cine, me va a buscar en moto al aeropuerto (la ventaja de viajar con morral, también me ha ahorrado algunos taxis por motos por aquí). Y por la visa de cambodia, todo fino, decía tardarse 3 días y resultó que me la acaban de mandar por mail, así que otro destino asegurado en el camino.

martes, julio 24, 2007

Para hoy teníamos pautada la partida del Cappe temprano por la mañana y un montón de actividades antes, pero un pequeño descuadre en los planes de transporte nos tuvieron ocupados casi hasta las 930 buscandole la mejor forma de llegar al aeropuerto, para nada porque al final nada cuadró y terminamos cuadrando un taxi a la tarifa estándar, y nos tocó correr al mercado a comprar las últimas cosas que el quería llevar, y las que yo, para alijerar morral, quería que él se llevara. Pero bueno, la cosa es que (hasta donde se al menos) la cosa salió bien, y a estas horas el Cappe debe estar disfrutando de un par de horas de paseo por singapur antes de seguir camino en dirección a Francia, Italia y no se que más.


Yo por mi parte y a todas estas no sabía que iba a hacer de mi vida. Lo único seguro era un pasaje a Kuala Lumpur el 30 de julio al mediodía (por airasia, informe para a Asopapre) y otro el 31 al medio día para seguir a Siem Reap. Luego de pensarlo, conectarme en internet, leer guías y demás me decidí por el plan que estoy siguiendo hasta el momento: me cambié a una posada más barata (y ahora lo se, muuucho mejor), me anoté en un curso de cocina balinesa para mañana en la mañana que se ve, al menos, bien sabroso, y me tomé el día con calma. Di vueltas, he escrito algo de bitácora y me lancé una caminata de 9km por los arrozales de los alrededores (todos los turistas lo hacen).


Para mañana y luego del curso de cocina pienso bajar a Kuta, dormir ahí y seguir en vuelo de LionAir a Yogyakarta tempranito. Kuta, según todo el mundo, no es tan interesante. Arenas blancas, olas gigantes para los surfistas, un montón de australianos y europeos, fiesta, muchos la coparan con Porlamar... pero bueno, es una parte no despreciable del turismo balinés, uno de esos mustsee que hay que chequear en la lista.

Por último y como comentario cultural del día, les cuento que los balineses siguen un tipo de induismo, con los mismos tres dioses principales del induismo indú (valga la redundancia), pero con uno más arrecho que todos ellos por encima. El ritual diario arranca para todos armando unas cesticas-platicos de 15x15cm con frutas, flores, hojas y arroz adentro, que luego ponen acompañados de par de inciensos por todos lados, pero por todos lados: en las escaleras, puertas, carros, aceras, escaleras, etc, además de en los templos principales (el templo del mercado acumula montañas de cesticas de esas), los medianos templos de cada conjunto (un espacio de 4m x 4m que comparten entre unas 4 o 6 casas), y los pequeños templos de cada uno (generalmente una columna con un paño de cuadros negros y blancos en el frente de la casa). Algunas veces he visto a un señor con indumentario particular pasar por todos ellos bañandolos con agua que les rocia con una flor. Luego durante el día ves en el mercado la gente haciendo y vendiendo las cesticas, en los campos la gente cortando la paja que usan para hacerlas, en los templos algunos haciendo unas galletas de arroz que son parte de la ofrenda, y cada cierto tiempo ves que renuevan las ofrendas, sobre todo las de la acera que inevitablemente terminan pisoteadas por los transeuntes. Para la noche, mucha gente se dedica a tejer las cesticas del día siguiente, ya sea para si o para la venta en el mercado.

23 de julio

Levantada, desayuno, y alquilamos las bicis. La ruta iba por un camino delgado pero encementado casi todo, a través de campos de arroz y cerca de algunos templos y casas en el camino. En realidad no los esperábamos tan montañístico, y al menos a mi algunos tramos me pegaron en las piernas, pero bien sabroso en general.



Por cierto que en algún tramo nos topamos con una construcción y, al igual que en todo, las mujeres son las que cargan. En este caso había 5 mujeres con sacos acomodados sobre la cabeza, y los hombres con pala los iban llenando de arena, tal cual una carretilla. Algo finísimo de los campos de arroz es que a modo de espantapájaros tienen unas veletas de viento que mueven un palito que tamborilea en dos bambues, y como tienen varios en los campos terminas teniendo un fondo musical de lo más sabroso todo el camino. El camino luego empataba con una carreterita secundaria con tremenda subida, y de ahí pa' lante pura bajada de regreso a Ubud.


Luego de llegar y hacer un poco de turismo por las calles y del almuerzo correspondiente en un Warung (comedero, tipo restaurante pero no pagan impuestos, no son muy oficiales) nos aparecimos en la oficina de información turística a por nuestro tour tardío. Una camionetica, con dos holandeses adentro (uno físico por cierto), y arrancamos el paseo. Royal Family Temple, grande, bonito, otra reserva de monos y murciélagos, y el highlight del tour: atardecer en el templo Tanah Lot. Es un templo de 1400 hecho en una piedra a la orilla de la playa (pero dentro del mar) en la costa este de bali, con lo que los atardeceres ahí son realmente de lujo. Aprovechando mi nueva cámara me puse a tomar las fotos correspondientes, junto a cappe... y a otros 10mil turistas tomando exactamente las mismas fotos. Cuando pegaban las olas (que le daban dramatismo a la escena), escuchabas el click de toditas las cámaras del lugar.


Ya de regreso y tras buena conversa con los holandeses, cuadramos para cenar con ellos en un Warung bueno, bonito y barato que ellos conocían. Esta chica holandesa, por cierto, dio clases de ingles en un orfanato en jakarta por varios meses. En una de esas (antes de saberlo), nosotros tratando de lucirnos con nuestras 4 palabras en indones y balines, y se ha arrancado la muchacha a conversar con el conductor como si cualquier cosa en indones. Obviamente, nos mantuvimos en inglés el resto del viaje.
Al final el Warung de estos chamos estaba realmente bien, barato, sabroso, abundante, y buen ambiente, y ahí nos quedamos hablando y hablando hasta que literalmente no tuvieron que botar de ahí.
Ya el 22 por la mañana salíamos hacia Ubud, cuadramos con Nyuman el transporte directo (relativamente costoso, pero bastante económico en realidad, como todo en Bali hasta ahora), y a las 8 y pico estábamos en camino. De esta ruta no puedo comentar mucho, porque realmente me dormí en los primero cinco minutos y no volví a despertarme en todo el camino, pero fueron como 2 horas y por lo que se, campos de arroz y par de templos induistas. Algo fino en las carreteras, ahora que me acuerdo, es que hace par de semanas fue
una celebración induistas, y todas las casas tienen en la acera unas especies de banderolas de bambuuu altísimas. A ver, son como una vara de bambú con tejidos medio decorativos, de unos 6 metros de largo, doblada hacia abajo al final (digamos una jota invertida) y con un monton de cosas de palma guindadas al final, estrellas tejidas en palma, adornos, como un movil. El asunto es que en algunos tramos especialmente poblados y cuando pega viento, ves todos estos pendones moviendose y es realmente bien bonito.


Una vez en Ubud y siguiendo la guía, nos acercamos a un sitio, preguntamos y conseguimos nuestra habitación chévere. Aquí hay bastante competencia, así que los precios son baratos. Metimos los peroles, nos despedimos de Niuman y salimos a ver el sitio. Como les decía, el shock fue fuerte, todoe l mundo acosándote para ofrecerte transporte, habitación, alquiler de carros, motos, bicis, entradas a eventos, vendiéndote cosas a sobreprecio por la cara de turista, en realidad nos pegó la diferencia. Pero como jovenes adaptables que somos, salimos a enfrentarlo.


Almuerzo tipo normal, algo de información y mapas, y nos lanzamos al mercado. El fraude con los precios es brutal, el primer precio puede ser fácil 5 veces mayor al final, y eso a nosotros con nuestra cara de marroquíes y con los morrales a la espalda, no me quiero imaginar a un catirito ojos azules. Total que rompiendo con mi premisa de no comprar nada hasta estar seguro de los precios, me compre par de telas y unos shores que me gustaron, todo baratíiiisimo... aunque por supuesto 3 veces más caro de lo que luego supe que en realidad costaba. Con los precios que (finalmente) hemos conseguido, realmente provoca comprárselo todo, unas telas, camisas, pantalones, todo bellísimo, super colorido, tremendos diseños, y por 2, 3 o 5 dólares. Pero nada, tengo un morral de 45 litros y 3 semanas por delante, así que me sale controlarme... un poco. De ahí nos recorrimos la Monkey Road viendo tiendas y locales hacia el sur, hasta llegar al parque reserva de monos. Al parecer hay varios de esos por aquí, mañana espero saber mas al respecto si nos anotamos en un tour que pasa por ahí, pero basicamente son parques de piedra y matas, con templos induisas adentro, todo hecho en piedra, ladrillo y con muuuucho moho, y lleno de monos! por todos lados, te roban lo que tengas a la mano, te revisan los bolsillos, te venden cambures para que se los de y te tomes fotos, pero son realmente un montón. Este parque que fuimos es finísimo, un montón de estatúas de piedra de monstruos, unas escenas bien particulares de esos bichos comiéndose bebés, animales raros, todo en esa piedra oscura y muchas veces cubierto de moho.


A la salida nos atacó el hambre, así que volvimos a pasar a comer. Después de par de rolls fritos con salsa de maní (son buenísimos por aquí), para cappe unos camarones al coco. A mi me entró una baja de carbohidratos y western food (como la llaman por aquí) y terminé pidiendo una pizza :).


Par de vueltas, buscar el laundry, ordenar un poco y nos lanzamos, ya a eso de las 7 y pico a tratar de llegar a uno de los muchos espectáculos de danza tradicional que hacen parte del turismo Ubudense. En el camino nos medio perdimos (nos perdieron en realidad) y llegamos tarde a la danza, tarde y sin entrada. Nos dicen que vengamos el mércoles, yo pongo mi mejor cara de llanto y le digo que el miércoles no estamos, me preparo para una larga sesión de convencimiento y antes de dejarme arrancar el señor nos manda a pasar, así, de gratis! así que buenísimo, tuvimos nuestra media sesión de danza de trance balines, tipo la que sale en Baraka con toda la gente moviendo las manos y haciendo ruiditos (aunque creo que eso es javanes en realidad). Hacia el final hicieron una hoguera de conchas de coco y un viejito se puso a bailar y a pisar y a pasar entre las brazas de las conchas de coco tranquilazo, impresionante en realidad.
De regreso al hotel escuchamos un concierto de gamelan (una especie de orquesta de percusión de bronce, tonal, tipo vibráfonos), que acompañaba a otra de las danzas. Nos acerfcamos a curiosear al edificio y a la entrada nos dejaron pasar a medio acto por un quinto del precio. De nuevo, excelente, quizas un poco disneysoso, pero buenísimo, la música de gamelan con tambores, y en el centro una o dos muchachas (y un par de muchachos muy afeminados) con ropajes tipo indú, brillantes, y muy maquillados, bailando en movimientos bruscos y cambiando las expresiones aprovechándose del maquillaje. Muy bien invertidas esas 20mil rupias.

Para cerrar la noche queríamos pasarnos por algún cafe, bar o taguara, pero como bien advierte la guía Ubud no es un sitio nada rumbero, y efectivamente salimos a una calle vacia con solo un par de locales abiertos, ambos casi vacios. Así que luego de un rapido reporte por internet estamos de vuelta en el hotel, ordenando cuentas, escribiendo bitácora, ordenando un poco las sopotosientas fotos que se puede tomar en un sitio así, con dos Rebel XTi + una cybershot.

Para mañana, si el tiempo y las energías lo permiten, tenemos un apretado programa que incluye vistas a par de templos cercanos, ruta corta en bicicleta por los arrozales, tour por otros templos, por una fabrica de batik y con terminó de atardecer en un templo a la orilla del mar, y, si la ciudad quiere, una salidita por los cafés locales (dándoles el beneficio de la duda de que los locales no suelen estar buenos los domingos por la noche).
Al dia siguiente, 21, posiblemente sabado aunque no estoy muy sincronizado con esa parte, nos levantamos con animos de movernos por la zona, y para eso le pedimos 2 moticos en alquiler a Ketut. Aquí hay que hacer la aclaratoria de que yo tengo mi licencia de moto, pero no he manejado una desde el paro petrolero, y cappe jamás había manejado una. Total que a eso de las 9 y pico nos dan las motos, par de scutter automáticas de 110cc, y no la había terminado de prender el cappe cuando ya se había estrellado contra un arbolito! resultado: la pieza delantera rota, el guardafango rayado y el faro roto. Manejando yo la otra moto y con Katut como guía, nos fuimos al mecánico, hicimos presupuesto (bastante mas barato de lo esperado, no pasó de 100mil todo aprovechando el cambio oficial) y de ahí seguimos, yo de piloto y cappe de parrillero, a Ampala, ciudad cercana medio grande (tipo Tcacas) a donde necesitábamos ir a sacar plata. El camino, de una media hora, arrechísimo, flanqueado por terrazas de cultivo de arroz, y con algunos templos induistas.


De regreso a nuestra posada Bali Yogi ("gente de bali"), alquilamos careta, snorkel y chapaletas, y nos lanzamos por la vía costera (una carreterita de cana y medio) como por 25 minutos hasta el naufragio japones, un barquito pequeño hundido pero repleto de vida, peces, corales y demás. Ahí estuvimos un buen rato haciendo apnea, tomando fotos y videos, a mi se me ocurrió ponerme de cómico a pasar por un paso medio estrecho y salí con un lindo raspón (por suerte no coralino) en una pierna, y a cappe "lo golpeó el barco en la cabeza", según su versión de los hechos. Highlight: una barracuda marrón de un metro.
A la salida se nos ocurrió meternos en un café que había a la orilla y resulto que lo manejaban unos chamos todos rasta, encantados con Manu Chau, todos felices de aprender cosas en español, bien sabroso. De ahí rapidito regresamos al hotel a agarrar las cámaras y de vuelta por el camino para tener unas fotos de las que estábamos pendientes en esa ruta. Otra pasada por ecodive a cuadrar cuentas y quedamos con Wayan a regresar a cenar a su casa esa noche,y a colaborar con un tal pescado cocinado en limon del que les habíamos hablado el dia anterior. En el camino nos compramos asesorados por Made (para evitar precios turisricos) las naranjas, limones, cebollas, ajies, mas 2 pescaditos y uno grande que parecía pez loro pero de piel mas dura y de carne blanca. La escena: yo manejando la moto con un paquete de limones entre las piernas y cappe, atras y con los brazos abiertos, con una bolsa de mercado en una mano y un pescado gigante en la otra. Llegamos a la casa y ante la impresion de todo el mundo empezamos a comer pescado crudo (ambos estaban bueniiiisimos para sashimi) y a hacer esta locuta de pescado crudo en jugo de limon. Ahi de una se vio que lo del cebiche no les iba a gustar, y se decicio poner buena parte del pescado blanco a freir en dados en el aceite de coco y poner los otros dos pescaditos a la parrilla. Todo esto preparado por los hombres, mientras la mama y una esposa se encargaban del dulce de yuca. Cappe fue y cultivó la yuca con ellos y todo. Al rato pasamos a la comida con más o menos el mismo menú del día anterior, agregado el cebiche que sólo algunos probaron, e incluso esos terminaron con nauseas de la impresión (de hecho nos lo bajamos fuimos cappe y yo). Y bueno, mas conversa, tomamos y vimos fotos, intercambiamos trucos de magia, yo saqué la pelota de contact y alguno se puso a aprender... bien sabrosa la noche, de nuevo, despedidas emotivas al final incluidas.

En realidad ese par de días de amed estuvieron especiales, gracias a que el sitio no es tan turistico, a lo buena nota de la gente con la que nos estábamos quedando, a las acciones consulares de cappelletto (que como buen margariteño tiene poder de conversa). No se si se repitan esas condiciones en el viaje, espero que si, pero está difícil. Y de hecho el golpe cuando llegamos al siguiente destino fue fuerte.

Indonesia 1.0:

Enllegando al pais, nos pegó una sensación de aprovéchense de los turistas un poco incómoda. Un porteador empeñado en cargarnos la maleta, casas de cambio "sin comisión" adentro del aeropuerto ofreciendo 0.8 del cambio real, pero por suerte habíamos cuadrado desde Singapur que la gente con la que ibamos a bucear en Amed nos pasara buscando, y luego quedaría demostrado que la suerte fue bien grande, porque nos ha ido de perlas con ellos.
A la salida del equipaje estaba esperándonos Made, el hermano de Wayan, con su papelito de "Cappelletto". Carros y vías inglesas y arrancamos el viaje de 2h30' hacia Amed, pasando por Denpasar (ciudad grande y aburrida), y siguiendo por una carreterita que bien podría ser la de oriente de venezuela, puestos vendiendo artesanía y comida a los lados, camiones manejando terrible, par de huecos, y la misma vegetación y clima de cualquira de nuestras vias. algo impresionante la cantidad de vida en la calle como hasta las 11pm, mucho perro callejero por ahí... Pasamos un mega templo en algún momento y había una caravana de gente medio enfiestada llendo hacia él. También vimos por la calle unos postes de palma que según nos explicaban habían montado la semana anterior para celebrar una fiesta Balinesa semestral. Las dos hroas y media de viaje las pasamos en buenísimas conversa con Made, sobre Bali, venezuela y demás.

Finalmente a media noche llegamos a la posada de otro de los hermanos (Ketut), de lo más sabrosa. Sospechosamente nos preguntaron a la entrada si preferíamos double o twin room... creo que nos sale marcar mas la distancia entre cappe y yo :) El sitio es bien chévere, aunque no lo pudimos ver a la noche, tenemos el mar a 40 metros, una cabañita sabrosa, baño tipo mérida con sus matas adentro y hasta una piscinita, y baratísimo.
Esa misma noche cuadramos la cosa y quedamos en salir a bucear a la mañana siguiente a las 830.

A la mañana siguiente, por fallas del despertador o por exceso de sueño, el hecho es que no nos logramos despertar, y a eso de las 840 tuvo que pasar Made a tocarnos la puerta, así que corriendo salimos, comimos (desayuno incluido aunque sencillito y como poco), vuelta por la operadora a cuadrar el equipo y arrancamos a Tulambed, una playa donde está encayado un barco americano. Según el cuento, el barco lo torpedearon los submarinos japoneses en la segunda guerra, y tratando de llegar a puerto logro fue encayar ahi. Luego, en los 60, una explosión del volcan principal de la isla lo hundio y ahoar es todo un arrecife. Total que el sitio arrechísimo, bajamos con un guía de Bali, full equipado con su computadora y tal, e hicimos una inmersion de 35 minutos a 22 metros, todo clase de bichos, matas y simbiosis, infinitos pescados, y además demasiado confiansudos, más de uno casi me atropella. Llegamos a ver una barracuda como de un metro de largo con dientes de comiquita y otro pez bien grande y negro pero con la boca blanca por dentro.


Por cierto que en Bali eso de la caballerosidad de cargarle las cosas a las mujeres como que no se da. De hecho, las mujeres son las porteadoras de todo, se ponen su toalla enrollada en la cabeza y arriba se montan 4 bombonas, una caja de equipo, un bambú de 20cm de diametro por 4 metros de largo, una bola de hojas o de limoncillo como de medio metro cúbico, cestas de pescado, baldes de maní, una mesa con dos ollas y platos y utensilios para ir a vender comida en el mercado... y luego arrancan como si nada, a veces ni las manos usan, a caminar por ahí con sus facilmente 20 o 30 kilos encima.



Luego de esa inmersion nos fuimos a comer a un restaurante cerquita de la playa que sospechosamente no tenía pescado, pero x, una sopa poderosa, unos spring rolls fritos a lo lumpia y listos para la segunda inmersion. Esa fue en una pared de coral que llega hasta 80 metros, pero nosotros nos mantuvimos a 22.


Esta vez ibamos 2 guias, cappe, yo y un holandes. Peces, corales finísimos, pero nada que comentar en particular. Una pasada por el único internet, a 5 minutos en moto, dialup, 12 minutos para mandar un "todo bien, seguimos viaje", par de masajes balineses dados por par de señoras balinesas con tremendos antebrazos, y ya de regreso en Amed y luego de que cappe como buen margariteño cuadrada con Made, ya tipo tarde noche organizamos una salida de pesca! Made se consiguió la carnada y las líneas y salimos al atardecer en un Yukung, que son el equivalente al peñero de los pescadores de por aquí. Es una canoa de 80 cm de ancho por 3 metros de largo, amarrada a dos bambues de 4 metros a cada lado (tipo tricamaran) para estabilizar, con un motor fuera de borda amarrado bien endeblemente al casco y separado de una aspita de 15cm de diametro por una barra de 2 metros... bien particular. La pesca, fuera de la experiencia, la conversa, las vistas y algo de practica del idioma Balines (porque aqui tienen el Indones, y luego 300 lenguas indigenas, de hecho el mismo balines viene en nivel bajo, medio y alto), el hecho es que fuera de esas distracciones, lo único que sacamos de las pesca fue un par de corocoros que no llegaban juntos al medio kilo. Y digo sacamos, pero quien los sacó fue Made. La regresada del bote a la costa estuvo interesante, Made buscó ayuda y todo, pero era basicamente cargar el bote a lomo entre 4 personas, y bueno, todavía me duele el lomo.



De regreso de la pesca, Made nos invitó a su casa a cenar con su familia y a comernos nuestros pescaditos, así que entregados nos lanzamos para allá, y fue realmente unas de las experiencias más finas hasta ahora. La casa son como 4 cuartos mas una cocina y una baño, alrededor de un patio de tierra con una mata de mango, y en una parte al aire con piso de losa estaba el televisor, radio y pusieron una tela en el piso en el que nos sentamos Cappe, yo, Made, Ketut, Wayan, sus padres, hijos y esposas, como 12 personas en total. Por cierto que con eso de los nombres hay algo particular en Bali, resulta que tradicionalmente el primer hijo de una pareja se llama Wayan, el segundo Made, tercero Niuman y el cuarto Katut, si nacen mas, se repite el ciclo, así que por ahí todo el mundo se terminaba llamando igual; al final no entiendo bien como se reconocen, porque tampoco usan apellidos, a veces usan segundo nombre o se llaman por referencia tipo "Wuayan el de ecodive". Pero volviendo al cuento, sentados en este trapo en el piso nos trajeron tipo aperitivo en un plato una especie de bollos de yuca con un toping de conserva de coco. Literalmente eso, hacen la harina de yuca, hacen bollos hervidos con eso, y el coco rallado y cocinado con azucar (pero no amalgamado como nuestra conserva sino que queda rallado), se lo ponen tipo topping. Hubo cafe y par de chucherías mientras conversábamos y luego de limpiar y freir nuestros pescaditos sacaron la cena. Concistía, entre lo que me acuerdo, de un ollon de arroz hecho en arrocera (de los pocos electrodomésticos presentes, además del televisor y las neveras), nuestros dos pescaditos fritos, otros tipo en escabeche, un plato con picante y soya dulce, unas tiritas hechas con soja, frijoles verdes con coco y jenjibre o limoncillo y/o limon. Todo esto estaba en platos en el centro del trapo en el que nos sentábamos, y cada uno se iba sirviendo en su plato partes de cada cosa y comiendo de su plato o del plato central, a mano alzada y siempre con la derecha. Los hombres tienen las uñas de la mano izquierda largas (a veces el meñique, a veces el pulgar o todas), como decoración por lo que entendí, sin ningún fin utilitario. La comida por cierto que estaba buenísima, los frijoles verdes excelentes, el arroz tipo normal (no esos arroces pegostosos japoneses) y los pescados los comíamos prepasados por la salsa soja-picante-dulce. Todas las frituras hechas en aceite de coco, en un sarten tipo wook pero un pelo más pequeño, y por lo que vimos no usan especies frescas (fuera del aji), nada tipo cilantro, perejil, pura masala. La conversa siguió un rato más, comentando sobre los idiomas, aprendiendo balines e indones y enseñando español, entendiendo un poco la movida de esta gente. En el caso de esta familia, eran originalmente pescadores y agricultores, pero Wayan (hijo mayor) empezó a trabajar en un hotel y a aprender idiomas y a ahorrar. Con eso empezó a hacer turismo, un restaurancito, y de a poco y de a prestamos ha ido montandose el y a la familia en un nivel de vida de alguna manera superior, ahora el es gerente de esa operación de buceo, el hermano tiene la posada donde nos quedamos, otro hermano hace transporte y así.



Como se pueden imaginar, estábamos reventadísimos al final del día, así que llegamos a morir a la casa.