miércoles, agosto 01, 2007

A ver, creo que los últimos reportes fueron desde Jogja luego del ballet (ahorita escribo desconectado), así que partamos de ahí. El domingo tenía pensado irme a Surabaya, y dormir allá para agarrar el vuelo del lunes a Kuala y de ahí a Cambodia (básicamente porque no conseguí ninguno directo a precios razonables), pero cuando vi que eran 8 horas de viaje, decidí hacer ese viaje nocturno en tren. El día empezó tarde (a esta gente le encanta trasnocharse en los hotspots) caminando por la calle principal del Jogja en busca de pasajes a Surabaya y de camisas con batik local. De hecho esa fue la única salida que hice por mi cuenta y me costó convencer a los chamos de la residencia de que no había ningún problema, que no era necesario que me llevaran en las motos y demás. Además que a esa hora tenía el rezo del medio día (5 en total) y no los quería interrumpir.



Por cierto, tal como dicen las guías, el indonesio es de los idiomas más sencillos de aprender por esta zona. Aunque no comparte ninguna raíz con nuestras lenguas occidentales, los sonidos son bien parecidos, se escribe en caracteres arábicos, y lo poco que vimos de la gramática se ve simple, ni siquiera tienen tiempo pasado en los verbos. Total que con mi indonesio básico (y en realidad gracias al inglés aceptable que hablan casi todos cerca de la ruta turística), fui, averigüe los trenes nocturnos (6 horas a media noche), compre par de camisas y volví a la casa a tiempo para un viaje de atardecer en la playa cercana. Ahí nos fuimos 3 motos (6 personas) a una palya a 40 minutos de Jogja.


La playa no era gran cosa, arena negra oscura, un oleaje super fuerte, de hecho nadie se baña ahí ni nada, y en la playa ventas de pescado, botes de pesca, gente con papagayos. Andrei (con quien me estaba quedando) es estudiante de cine, así que se pasó toda la tarde jugando con mi cámara, poniéndonos a posar a todos, armando escenas románticas, peleas… una comida bien particular en un momento, una especia de té de jengibre, con peloticas de masa, hojuelas de palma moradas, pedacitos de pan y maní.


Terminado el anochecer y de regreso paramos en un puesto de comida y tenían distintas versiones de sopa con combinaciones de noddles, unas bolitas de carne que saben a salchicha, espinaca, frijoles germinados, tofú y tempé fritos, cebollin…

De regreso a la casa, recoger los peroles y pal tren.

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