jueves, octubre 11, 2007
domingo, agosto 05, 2007
(se me acaba la bateria, asi que no mas fotos por ahora!)
De ahí me fui a comer y a caminar por “parque del este”, un parquesote en mitad de la ciudad tal cual nuestro PDE, con gente haciendo aerobics y corriendo. La única diferencia es que había un gentío practicando un deporte local que es tipo fuchi, todos en círculo pateando o cabeceando una pelota, sólo que en este caso es de mimbre y como de 20cm de diámetro.
De ahí seguí camino al estadio Lumphini, uno de los dos en la ciudad en los que se hacen peleas de Muai Thai. De llegada me golpeó el precio de las entradas. El cartel para farang (extranjeros) marcaba casi el doble de lo que yo esperaba (según la guía). Lo peor es que ni siquiera los números se entienden en indonesio, así que ni pa’ saber cuanto pagan ellos. Al final decidí que no sabía cuando volvía, me compré mi entrada de 3ra clase (casi todos los turistas compran las de primera) y me metí en mi estadio. En el centro un ring normal de boxeo, alrededor 3 aros de gente (las clases) hasta unos 35 metros de la pelea, todo el mundo gritando y armando y desarmando apuestas (excepto los turistas de la 1ra clase). La cosa no se veía muy lejos de un boxeo estándar excepto por: iban descalzos; los puños y patadas no le interesaban a nadie si no se daban con el codo o la rodilla; a cada codazo/rodillazo el publico gritaba a coro “hai” o “hu” dependiendo del atacante (rojo o azul); al comienzo de cada pelea había toda una cosa medio ritual, besaban las cuatros esquinas, se arrodillaban, el entrenador les echaba una agüita. Yo empecé a ver mi cosa y en cada pelea decía que era la última, pero cada pelea se ponía mejor que la anterior. A eso de las 9 salieron 2 actores tal como uno se imagina un Muay Thai, con las manos vendadas sin guantes y haciendo patadas todas acrobáticas. Al parecer es parte del asunto, porque todo el público local estaba encantado. Cuando salieron los siguientes peleadores serios el público aplaudió emocionado a uno de ellos, buena señal, y la pelea estuvo en efecto buenísima, hasta sangre se sacaron lo luchadores. Luego de esa la cosa seguía, pero como vi que el público local empezaba a irse decidí tomar consejo y huir con ellos.
Siguiente estación: el vecino night bazaar, un mercado de todo que abre de 5 a 12pm. Tailandia va a tener un problema para mí, buena parte del turismo son sus mercados, en los que venden esas ropas y telas que me encantan, y no aceptan tarjeta, y sin cadivi… me sale contenerme… un poco. Por cierto que lo otro que me tiene a punto del despilfarro es la seda, definitivamente soy una niña con eso, pero es que cosa de seda que veo, cosa que me quiero comprar, me encanta!
El hostel en el que estoy tiene full información pegada a las paredes, y entre esa info está el itinerario que seguí hoy. Arranqué con un viaje en bote expreso, tal cual unas busetas que recorren los canales de Bangkok. Van rapidísimo, y manejan tal cual un busetero caraqueño, frenazos, acelerones, mentadas de madre.
Con eso llegué a la zona de visita y me paseé por el museo nacional (muchos budas y los carros fúnebres de los reyes, gigantes, al mejor estilo de los carruajes que salen en la película 300). Luego estaba el Palacio y el templo principal, una arquitectura bien barroca, un buda de jade que había estado cubierto en arcilla por un ratote hasta que lo redescubrieron, mucha adoración. Las paredes están cubiertas por un montón de murales contando la historia de Budha y los estaban restaurando ahorita. De ahí a una plaza con más adoración y con un espacio para que la gente cante y actúe en pago de promesas, con lo que siempre hay performance gratuito ahí. Otro templo con el buda reclinado más grande, 46 metros de largo apretadísimos en un templo apenas más grande que él. A la salida me pasé, siguiendo los itinerarios, por la escuela de masaje tailandés tradicional (no del otro masaje tailandés que ofrecen en Venezuela). Es una escuela que se creó por decreto del rey en un momento en que se estaba perdiendo la tradición, porque resulta que lo del masaje es toda una tradición aquí, los tailandeses se la pasan en eso y hay masajistas de a dos por cuadra. Este como es EL sitio es un poco más caro, pero como aceptaban tarjeta la cosa se cancela. El masaje tailandés es seco, y es tipo acupuntura, apretando en sitios. Pero esos sitios siempre están en la mitad de los músculos y dan la sensación permanente de que te van a “sacar el ratón”. En realidad el proceso no es taaaan placentero, pero es innegable que al final uno queda blandito. Esa calle tiene un montón de ventas de amuletos, así que me la pasee de camino a agarrar un ferry que recorre el rio principal hacía la estación de metro, y de ahí a casa, en donde estoy ahorita tratando de armar los planes de los próximos días.
La comida de estos días ha estado bastante chatarra. Ayer me pasé por un 7-eleven y me compré algunas chucherías, oreo tiene aquí un wafer tipo cocosete pero infinito mejor que el que sacaron en Venezuela, y tienen unos palitos tamaño pirulín, huecos, cobertura de chocolate oreo y por dentro una capa de crema (y el centro vacio). Me he comido un par de sanduches y perro calientes de 7-eleven y en la calle he comido lo que se ve nuevo y suficientemente sano. Porque la cosa es que la comida de calle aquí es medio normal, pinchos de salchichas, pollo asado, huevos hervidos, y para las comidas fuertes tiene un montón de ollas con guisos de vegetales, cochino, pescado y pollo pero nada especiales, y para que me dé una diarrea sólo si la cosa se ve buena. Lo que si he comido son frutas, me encanta que hay gente vendiendo cuartos de patilla (aquí son bien pequeñas, y burda de dulces), o bandejitas de toronja pelada y desgajada. Hasta en la pelea de Muay Thai veías la gente comiendo toronja en lugar de pepitos. Fuera de eso, sólo un par de dulces. Una señora vendía una cosa que parecían minicachapas, aunque al final creo que son de amarilla de huevo con azúcar, rellenas de cosas dulces. Y otra tenía camburitos bañados en azúcar y coco y ajonjolí y fritos, lo que les daba un sabroso sabor a tajada pero con todos los tonos de los agregados. En un puestico callejero de buen aspecto me decidí a probar un combinado de esas ollas, y no me pareció gran cosa. Arroz, camarones fritos, pollo asado y un sofrito de vegetales, nada impresionante.
Reporte de último minuto: mientras escribo esto los empleados del hostel me acaban de ofrecer grillos fritos, bastante más grandes que los de cambodia, pero sabrositos, tostados y salados… igual no me compraría mi propia bolsita. Se los comen cual maní por aquí.
Y ahora sacaron algo mas! tiene un bowl con lechugas, cilantro y salvia, y en un plato tienen frijoles germinados y pescado a la parrilla, y picante en otro pote. Cortas un pedacito de lechuga y te armas como un mini springroll con eso, aderezado con el picante. Bien sabroso y tipo para picar en grupo esta divertido...
A la tarde regresé a la casa y arrancamos para el atardecer en uno de los templos que está medio en una colina. Al llegar decidimos tomar (luego de otro duro golpe a la cartera) una de las atracciones locales: suba al templo en elefante! Divertido, algo más para marcar en el checklist. El atardecer estuvo medio nulo, demasiado nublado y con otros 200 turistas todos en el tope del mismo templo viendo el mismo medio nulo atardecer.
Para la mañana siguiente ya Jorge iba de salida, así que arranqué solito en el tuk-tuk a las 515am, esta vez un poquito más temprano a ver si agarraba el amanecer completico. Efectivamente logre estar montado en la torre principal (no muy conocida por los turistas el primer día y por tanto solitaria) mientras el sol salía al fondo. Realmente bien bonita la experiencia. Subir y bajar las empinadísimas escaleras con las cholitas brasileras que cargaba se me hacía peligroso, así que opté en par de ellas por quitármelas, y la cosa resultó tan sabrosa que de ahí pa´lante me pasee descalzo todos los templos.
De ahí nos fuimos a un templo bien lejano, como a 40 minutos, pasando por una larga carretera bordeada de casas y campos de arroz. Aquí las casas son elevadas en pilotes para evitar inundaciones en tiempo de lluvia y para aprovechar el espacio de abajo, que usan de depósito, estacionamiento y de sala de estar durante todo el día en múltiples chinchorros que guindan ahí. Al regreso un par de templos más y regresamos al hotel para el receso de medio día. Aprovechando, me fui al mercado central (distinto del de ayer, un pelo más turístico aunque ni tanto) y me puse a buscar seda, básicamente porque es bonita ni tan cara (aunque tampoco regalada) y no ocupa espacio = excelente regalo. Hay unas 4 tiendas que colaboran con planes de atención a inválidos por minas antipersonales, esas tienen precios más caros pero mejores productos y algo de seguridad, y están los puestos de mercado con cualquier cosa a cualquier precio.
Por cierto que lo del precios ya empieza a ponerse fastidioso en este viaje. Para absolutamente todo hay que regatear, y burda, los precios iniciales son abusivamente altos (10 o 15 veces más que los precios finales) y lo fastidioso es que no es solo en las tiendas del mercado, es en los restaurantes pequeños y grandes, en los autobuses, los precios de las habitaciones, las motos. Apenas te ven la cara de turista lanzan un número a ver si caes. Y es un fastidio, porque terminas perdiendo un montón de tiempo en lograr saber cuál es el precio real, y aun cuando lo sabes tienes que perder tiempo negociando que te dejen las cosas a ese precio, porque si ellos dicen unas arbitrariedad y tu el precio real, entonces se supone que el acuerdo es a un precio intermedio, no al real! Y sobre todo en las zonas turísticas es un fastidio que por todo te quieren sacar plata. A Jorge se le acercaron unos niños inocentemente pidiendo por favor que les tomaran una foto, y luego querían que les pagaran por eso.
En el mercado tuve un interesante descubrimiento culinario: una señora con 4 cestas llenas de insectos fritos al ajillo. Una de grillos, otra de escarabajos negros, otra de arañas (pero tremendas arañas, 5 centímetros de cuerpo, más las patas) y una de algo como unas larvas grandes. No pudiendo aguantar la tentación me compré un combinado de bichos y medio kilo de Mangosteen para pasar el sabor en caso de emergencia. Puedo decir que el grillo y el escarabajo estaban bien, crujientes y sabor a ajo, hasta podría comerlos por gusto, la larva estaba un poco jugosa para mi gusto (esa necesitó tratamiento de mangosteen inmediato) y la araña como fibrosa. Además la araña estaba demasiado grande para mi curiosidad, me comí sólo las patas y parte del abdomen.
A la salida del mercado tuve mi segundo ataque de sibaritismo en el viaje. Hay una tienda muy reconocida llamada Artesanos de Angkor. Entrenan a jóvenes y a inválidos y producen cosas bien bonitas en seda, tejidos vegetales y cerámica. Y revisando por ahí apareció una camisa… seda cruda caqui medio dorada, cuello mao… un montón de dólares, pero saqué la misma cuenta que con la langosta y bueno, tengo una bella camisa de seda Cambodiana.
Par de compras más y de vuelta al hotel para los templos de la tarde. Esos estuvieron particularmente bonitos, grandes, otro tipo de piedra, uno con unos elefantes de piedra en las esquinas, y todo aderezado con una luz dorada-atardecer que le quedó de lujo.
Mi balance de Siem Reap. Obviamente el sitio es arrechísimo, impelable si se está por aquí, pero tiene un par de problemas. Básicamente lo único que se hace aquí (fuera de comprar seda) es ver los templos, y como el público es europeo todo es demasiado caro, por cada tontería te sacan un dólar, la entrada diaria a los templos son 20$, el tuk tuk diario 10 a 20$ y así. Total que terminas gastando un realero para ir al sitio y estar ahí es caro y como no tienes más nada que hacer te pasas el día metido de templo en templo, y eso obviamente los termina medio banalizando (otro templo…). Quizás venirse por más días, con más plata, un par de bicicletas, y unos cuantos juegos de mesa, o quedarse en un hotel de los caros con piscina y demás para pasar las tardes, no sé.
Y por lo que va de día, salí temprano de SiemReap a Bangkok en el vuelo más caro de este viaje (una aerolínea monopoliza la ruta y se aprovecha de ello) y estoy ahorita en un larguísimo bus “express” que atraviesa todo el tráfico de la ciudad, camino a mi hostel. El plan por ahora es ver Bangkok, amanecer el lunes en Chian Mai y quedarme por el norte. El 11 en la noche debo dormir en Singapur, así que quizás el 10 en la noche trate de dormir en Bangkok, o me venga esa noche por bus nocturno.
miércoles, agosto 01, 2007
El rapidito (2 ciudades y un vuelo, todo en un día!) + algo de cambodia
Ya de salida y con la pena de no haber podido ver el otro sigth de Surabaya, el gran templo chino, me fui a buscar un taxi, y resultó que en mi ruta de búsqueda se me atravesó el templo! Par de fotos, taxi, y listo en el aeropuerto. En Kuala Lumpur había cuadrado con un chamo de CS, profesor de broadcasting en sociología de la UCSI. Como el chamo tenía que ver a sus padres hasta las 830pm, me mandó por mail un itinerario para esperarlo, de lujo, el cual seguí al pie de la letra. Del aeropuerto una hora a Kuala, dejé la maleta en los casilleros de la estación central y me fui en metro a estación KLCC (Kuala Lumpur City Center).
De regreso a la casa, recoger los peroles y pal tren.
sábado, julio 28, 2007
más Jogja
Luego de la uni y dada la hora (me toco por casualidad una larga conversa con los tres chivos de la universidad, y el chamo con el que estaba le daba pena interrumpir la conversa) un chamo de la residencia me llevó a ver uno de los mega templos de por aquí. Es gracioso que como la residencia tiene 14 personas todas con moto, no he podido ni caminar la ciudad. Digo que me provoca comer helado y sale alguno a llevarme. Pero bueno, nada, Prambanan es un mega complejo de templos hiduistas y budistas como a media hora de Jogja.
Detalle de vendedora local:
Vaca/Dani, nuestros expertos Budistas, nos dirán si esto fue un irrespeto (además de una maracuchada):
En el camino, infinitas motos por todos lados y algunas arregladas como esta para cargar desde cemento hasta gallinas vivas.
A la noche, salimos 3 de la residencia y a media cuadra, en la acera, estaba este puestico de lo más chinoso, vendiendo te, fideos, pinchos, con un par de sillas y una alfombra en la acera a cada lado. Así que nos quedamos los 3 hablando como una hora a la 1am sentados en una alfombra en la acera tomando te de jenjibre con leche y comiendo sopita.
A la mañana, con un Indoneso irregularmente alto y una chica bastante chica (cargada en la foto).
Antes de eso, a las 430am me vino a buscar uno de los chamos y me llevo a ver el amanecer en el volcan cercano (el mas activo del mundo actualmente o algo así), pero estaba tan nublado que ni la moto veíamos si caminábamos un poquito.
Al mediodía me fui con otros 5 a ver otro templo impresionante a una hora de Jogja, el de Borobudur. Es un mega templo budista, una pirámide en roca volcánica, realmente impresionante. Quizás medio parecido en escala a la pirámide de la luna en Méjico, pero con muchísima más riqueza en decoración
Y para los que seguro se les ocurrió la idea:
Una comidita, acompañada de su correspondiente posillo lava manos.
Saludos!
viernes, julio 27, 2007
Kuta - Jogja
Hoy me levanté bien tarde y ahorita estoy visitando la universidad de uno de los chamos de la residencia, un edificio de humanidades, y bueno, tipo normal exceptuando que todas las niñas tienen su pañuelo de musulmanas. La cosa es que la universidad es una universidad islámica, así que al menos adentro tienen que comportarse debidamente, pero afuera la mayoría anda sin el pañuelo en realidad. En media hora es el rezo del mediodía del viernes, el más importante (la ciudad literalmente se muere por una hora) y luego uno de los chamos de la residencia me lleva en moto a Borobudur, un mega templo budista a 40 minutos de aquí, supuestamente al mismo nivel que los de Siem Reap. (ya se fueron al rezo, esto está sooooolooo). También nos metimos hace un ratico en una café frente a la uni, en realidad dos mesas, una fritanga de tequeños de rellenos de cambur, una olla de agua hirviendo y sobrecitos de todo: café, te normal, te de genjibre, jugos, todo en sobrecito.