Enllegando al pais, nos pegó una sensación de aprovéchense de los turistas un poco incómoda. Un porteador empeñado en cargarnos la maleta, casas de cambio "sin comisión" adentro del aeropuerto ofreciendo 0.8 del cambio real, pero por suerte habíamos cuadrado desde Singapur que la gente con la que ibamos a bucear en Amed nos pasara buscando, y luego quedaría demostrado que la suerte fue bien grande, porque nos ha ido de perlas con ellos.
A la salida del equipaje estaba esperándonos Made, el hermano de Wayan, con su papelito de "Cappelletto". Carros y vías inglesas y arrancamos el viaje de 2h30' hacia Amed, pasando por Denpasar (ciudad grande y aburrida), y siguiendo por una carreterita que bien podría ser la de oriente de venezuela, puestos vendiendo artesanía y comida a los lados, camiones manejando terrible, par de huecos, y la misma vegetación y clima de cualquira de nuestras vias. algo impresionante la cantidad de vida en la calle como hasta las 11pm, mucho perro callejero por ahí... Pasamos un mega templo en algún momento y había una caravana de gente medio enfiestada llendo hacia él. También vimos por la calle unos postes de palma que según nos explicaban habían montado la semana anterior para celebrar una fiesta Balinesa semestral. Las dos hroas y media de viaje las pasamos en buenísimas conversa con Made, sobre Bali, venezuela y demás.
Finalmente a media noche llegamos a la posada de otro de los hermanos (Ketut), de lo más sabrosa. Sospechosamente nos preguntaron a la entrada si preferíamos double o twin room... creo que nos sale marcar mas la distancia entre cappe y yo :) El sitio es bien chévere, aunque no lo pudimos ver a la noche, tenemos el mar a 40 metros, una cabañita sabrosa, baño tipo mérida con sus matas adentro y hasta una piscinita, y baratísimo.
Esa misma noche cuadramos la cosa y quedamos en salir a bucear a la mañana siguiente a las 830.
A la mañana siguiente, por fallas del despertador o por exceso de sueño, el hecho es que no nos logramos despertar, y a eso de las 840 tuvo que pasar Made a tocarnos la puerta, así que corriendo salimos, comimos (desayuno incluido aunque sencillito y como poco), vuelta por la operadora a cuadrar el equipo y arrancamos a Tulambed, una playa donde está encayado un barco americano. Según el cuento, el barco lo torpedearon los submarinos japoneses en la segunda guerra, y tratando de llegar a puerto logro fue encayar ahi. Luego, en los 60, una explosión del volcan principal de la isla lo hundio y ahoar es todo un arrecife. Total que el sitio arrechísimo, bajamos con un guía de Bali, full equipado con su computadora y tal, e hicimos una inmersion de 35 minutos a 22 metros, todo clase de bichos, matas y simbiosis, infinitos pescados, y además demasiado confiansudos, más de uno casi me atropella. Llegamos a ver una barracuda como de un metro de largo con dientes de comiquita y otro pez bien grande y negro pero con la boca blanca por dentro.


Por cierto que en Bali eso de la caballerosidad de cargarle las cosas a las mujeres como que no se da. De hecho, las mujeres son las porteadoras de todo, se ponen su toalla enrollada en la cabeza y arriba se montan 4 bombonas, una caja de equipo, un bambú de 20cm de diametro por 4 metros de largo, una bola de hojas o de limoncillo como de medio metro cúbico, cestas de pescado, baldes de maní, una mesa con dos ollas y platos y utensilios para ir a vender comida en el mercado... y luego arrancan como si nada, a veces ni las manos usan, a caminar por ahí con sus facilmente 20 o 30 kilos encima.


Luego de esa inmersion nos fuimos a comer a un restaurante cerquita de la playa que sospechosamente no tenía pescado, pero x, una sopa poderosa, unos spring rolls fritos a lo lumpia y listos para la segunda inmersion. Esa fue en una pared de coral que llega hasta 80 metros, pero nosotros nos mantuvimos a 22.

Esta vez ibamos 2 guias, cappe, yo y un holandes. Peces, corales finísimos, pero nada que comentar en particular. Una pasada por el único internet, a 5 minutos en moto, dialup, 12 minutos para mandar un "todo bien, seguimos viaje", par de masajes balineses dados por par de señoras balinesas con tremendos antebrazos, y ya de regreso en Amed y luego de que cappe como buen margariteño cuadrada con Made, ya tipo tarde noche organizamos una salida de pesca! Made se consiguió la carnada y las líneas y salimos al atardecer en un Yukung, que son el equivalente al peñero de los pescadores de por aquí. Es una canoa de 80 cm de ancho por 3 metros de largo, amarrada a dos bambues de 4 metros a cada lado (tipo tricamaran) para estabilizar, con un motor fuera de borda amarrado bien endeblemente al casco y separado de una aspita de 15cm de diametro por una barra de 2 metros... bien particular. La pesca, fuera de la experiencia, la conversa, las vistas y algo de practica del idioma Balines (porque aqui tienen el Indones, y luego 300 lenguas indigenas, de hecho el mismo balines viene en nivel bajo, medio y alto), el hecho es que fuera de esas distracciones, lo único que sacamos de las pesca fue un par de corocoros que no llegaban juntos al medio kilo. Y digo sacamos, pero quien los sacó fue Made. La regresada del bote a la costa estuvo interesante, Made buscó ayuda y todo, pero era basicamente cargar el bote a lomo entre 4 personas, y bueno, todavía me duele el lomo.


De regreso de la pesca, Made nos invitó a su casa a cenar con su familia y a comernos nuestros pescaditos, así que entregados nos lanzamos para allá, y fue realmente unas de las experiencias más finas hasta ahora. La casa son como 4 cuartos mas una cocina y una baño, alrededor de un patio de tierra con una mata de mango, y en una parte al aire con piso de losa estaba el televisor, radio y pusieron una tela en el piso en el que nos sentamos Cappe, yo, Made, Ketut, Wayan, sus padres, hijos y esposas, como 12 personas en total. Por cierto que con eso de los nombres hay algo particular en Bali, resulta que tradicionalmente el primer hijo de una pareja se llama Wayan, el segundo Made, tercero Niuman y el cuarto Katut, si nacen mas, se repite el ciclo, así que por ahí todo el mundo se terminaba llamando igual; al final no entiendo bien como se reconocen, porque tampoco usan apellidos, a veces usan segundo nombre o se llaman por referencia tipo "Wuayan el de ecodive". Pero volviendo al cuento, sentados en este trapo en el piso nos trajeron tipo aperitivo en un plato una especie de bollos de yuca con un toping de conserva de coco. Literalmente eso, hacen la harina de yuca, hacen bollos hervidos con eso, y el coco rallado y cocinado con azucar (pero no amalgamado como nuestra conserva sino que queda rallado), se lo ponen tipo topping. Hubo cafe y par de chucherías mientras conversábamos y luego de limpiar y freir nuestros pescaditos sacaron la cena. Concistía, entre lo que me acuerdo, de un ollon de arroz hecho en arrocera (de los pocos electrodomésticos presentes, además del televisor y las neveras), nuestros dos pescaditos fritos, otros tipo en escabeche, un plato con picante y soya dulce, unas tiritas hechas con soja, frijoles verdes con coco y jenjibre o limoncillo y/o limon. Todo esto estaba en platos en el centro del trapo en el que nos sentábamos, y cada uno se iba sirviendo en su plato partes de cada cosa y comiendo de su plato o del plato central, a mano alzada y siempre con la derecha. Los hombres tienen las uñas de la mano izquierda largas (a veces el meñique, a veces el pulgar o todas), como decoración por lo que entendí, sin ningún fin utilitario. La comida por cierto que estaba buenísima, los frijoles verdes excelentes, el arroz tipo normal (no esos arroces pegostosos japoneses) y los pescados los comíamos prepasados por la salsa soja-picante-dulce. Todas las frituras hechas en aceite de coco, en un sarten tipo wook pero un pelo más pequeño, y por lo que vimos no usan especies frescas (fuera del aji), nada tipo cilantro, perejil, pura masala. La conversa siguió un rato más, comentando sobre los idiomas, aprendiendo balines e indones y enseñando español, entendiendo un poco la movida de esta gente. En el caso de esta familia, eran originalmente pescadores y agricultores, pero Wayan (hijo mayor) empezó a trabajar en un hotel y a aprender idiomas y a ahorrar. Con eso empezó a hacer turismo, un restaurancito, y de a poco y de a prestamos ha ido montandose el y a la familia en un nivel de vida de alguna manera superior, ahora el es gerente de esa operación de buceo, el hermano tiene la posada donde nos quedamos, otro hermano hace transporte y así.


Como se pueden imaginar, estábamos reventadísimos al final del día, así que llegamos a morir a la casa.