martes, julio 24, 2007

Al dia siguiente, 21, posiblemente sabado aunque no estoy muy sincronizado con esa parte, nos levantamos con animos de movernos por la zona, y para eso le pedimos 2 moticos en alquiler a Ketut. Aquí hay que hacer la aclaratoria de que yo tengo mi licencia de moto, pero no he manejado una desde el paro petrolero, y cappe jamás había manejado una. Total que a eso de las 9 y pico nos dan las motos, par de scutter automáticas de 110cc, y no la había terminado de prender el cappe cuando ya se había estrellado contra un arbolito! resultado: la pieza delantera rota, el guardafango rayado y el faro roto. Manejando yo la otra moto y con Katut como guía, nos fuimos al mecánico, hicimos presupuesto (bastante mas barato de lo esperado, no pasó de 100mil todo aprovechando el cambio oficial) y de ahí seguimos, yo de piloto y cappe de parrillero, a Ampala, ciudad cercana medio grande (tipo Tcacas) a donde necesitábamos ir a sacar plata. El camino, de una media hora, arrechísimo, flanqueado por terrazas de cultivo de arroz, y con algunos templos induistas.


De regreso a nuestra posada Bali Yogi ("gente de bali"), alquilamos careta, snorkel y chapaletas, y nos lanzamos por la vía costera (una carreterita de cana y medio) como por 25 minutos hasta el naufragio japones, un barquito pequeño hundido pero repleto de vida, peces, corales y demás. Ahí estuvimos un buen rato haciendo apnea, tomando fotos y videos, a mi se me ocurrió ponerme de cómico a pasar por un paso medio estrecho y salí con un lindo raspón (por suerte no coralino) en una pierna, y a cappe "lo golpeó el barco en la cabeza", según su versión de los hechos. Highlight: una barracuda marrón de un metro.
A la salida se nos ocurrió meternos en un café que había a la orilla y resulto que lo manejaban unos chamos todos rasta, encantados con Manu Chau, todos felices de aprender cosas en español, bien sabroso. De ahí rapidito regresamos al hotel a agarrar las cámaras y de vuelta por el camino para tener unas fotos de las que estábamos pendientes en esa ruta. Otra pasada por ecodive a cuadrar cuentas y quedamos con Wayan a regresar a cenar a su casa esa noche,y a colaborar con un tal pescado cocinado en limon del que les habíamos hablado el dia anterior. En el camino nos compramos asesorados por Made (para evitar precios turisricos) las naranjas, limones, cebollas, ajies, mas 2 pescaditos y uno grande que parecía pez loro pero de piel mas dura y de carne blanca. La escena: yo manejando la moto con un paquete de limones entre las piernas y cappe, atras y con los brazos abiertos, con una bolsa de mercado en una mano y un pescado gigante en la otra. Llegamos a la casa y ante la impresion de todo el mundo empezamos a comer pescado crudo (ambos estaban bueniiiisimos para sashimi) y a hacer esta locuta de pescado crudo en jugo de limon. Ahi de una se vio que lo del cebiche no les iba a gustar, y se decicio poner buena parte del pescado blanco a freir en dados en el aceite de coco y poner los otros dos pescaditos a la parrilla. Todo esto preparado por los hombres, mientras la mama y una esposa se encargaban del dulce de yuca. Cappe fue y cultivó la yuca con ellos y todo. Al rato pasamos a la comida con más o menos el mismo menú del día anterior, agregado el cebiche que sólo algunos probaron, e incluso esos terminaron con nauseas de la impresión (de hecho nos lo bajamos fuimos cappe y yo). Y bueno, mas conversa, tomamos y vimos fotos, intercambiamos trucos de magia, yo saqué la pelota de contact y alguno se puso a aprender... bien sabrosa la noche, de nuevo, despedidas emotivas al final incluidas.

En realidad ese par de días de amed estuvieron especiales, gracias a que el sitio no es tan turistico, a lo buena nota de la gente con la que nos estábamos quedando, a las acciones consulares de cappelletto (que como buen margariteño tiene poder de conversa). No se si se repitan esas condiciones en el viaje, espero que si, pero está difícil. Y de hecho el golpe cuando llegamos al siguiente destino fue fuerte.

No hay comentarios.: