martes, julio 24, 2007

23 de julio

Levantada, desayuno, y alquilamos las bicis. La ruta iba por un camino delgado pero encementado casi todo, a través de campos de arroz y cerca de algunos templos y casas en el camino. En realidad no los esperábamos tan montañístico, y al menos a mi algunos tramos me pegaron en las piernas, pero bien sabroso en general.



Por cierto que en algún tramo nos topamos con una construcción y, al igual que en todo, las mujeres son las que cargan. En este caso había 5 mujeres con sacos acomodados sobre la cabeza, y los hombres con pala los iban llenando de arena, tal cual una carretilla. Algo finísimo de los campos de arroz es que a modo de espantapájaros tienen unas veletas de viento que mueven un palito que tamborilea en dos bambues, y como tienen varios en los campos terminas teniendo un fondo musical de lo más sabroso todo el camino. El camino luego empataba con una carreterita secundaria con tremenda subida, y de ahí pa' lante pura bajada de regreso a Ubud.


Luego de llegar y hacer un poco de turismo por las calles y del almuerzo correspondiente en un Warung (comedero, tipo restaurante pero no pagan impuestos, no son muy oficiales) nos aparecimos en la oficina de información turística a por nuestro tour tardío. Una camionetica, con dos holandeses adentro (uno físico por cierto), y arrancamos el paseo. Royal Family Temple, grande, bonito, otra reserva de monos y murciélagos, y el highlight del tour: atardecer en el templo Tanah Lot. Es un templo de 1400 hecho en una piedra a la orilla de la playa (pero dentro del mar) en la costa este de bali, con lo que los atardeceres ahí son realmente de lujo. Aprovechando mi nueva cámara me puse a tomar las fotos correspondientes, junto a cappe... y a otros 10mil turistas tomando exactamente las mismas fotos. Cuando pegaban las olas (que le daban dramatismo a la escena), escuchabas el click de toditas las cámaras del lugar.


Ya de regreso y tras buena conversa con los holandeses, cuadramos para cenar con ellos en un Warung bueno, bonito y barato que ellos conocían. Esta chica holandesa, por cierto, dio clases de ingles en un orfanato en jakarta por varios meses. En una de esas (antes de saberlo), nosotros tratando de lucirnos con nuestras 4 palabras en indones y balines, y se ha arrancado la muchacha a conversar con el conductor como si cualquier cosa en indones. Obviamente, nos mantuvimos en inglés el resto del viaje.
Al final el Warung de estos chamos estaba realmente bien, barato, sabroso, abundante, y buen ambiente, y ahí nos quedamos hablando y hablando hasta que literalmente no tuvieron que botar de ahí.

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