Yo por mi parte y a todas estas no sabía que iba a hacer de mi vida. Lo único seguro era un pasaje a Kuala Lumpur el 30 de julio al mediodía (por airasia, informe para a Asopapre) y otro el 31 al medio día para seguir a Siem Reap. Luego de pensarlo, conectarme en internet, leer guías y demás me decidí por el plan que estoy siguiendo hasta el momento: me cambié a una posada más barata (y ahora lo se, muuucho mejor), me anoté en un curso de cocina balinesa para mañana en la mañana que se ve, al menos, bien sabroso, y me tomé el día con calma. Di vueltas, he escrito algo de bitácora y me lancé una caminata de 9km por los arrozales de los alrededores (todos los turistas lo hacen).
Para mañana y luego del curso de cocina pienso bajar a Kuta, dormir ahí y seguir en vuelo de LionAir a Yogyakarta tempranito. Kuta, según todo el mundo, no es tan interesante. Arenas blancas, olas gigantes para los surfistas, un montón de australianos y europeos, fiesta, muchos la coparan con Porlamar... pero bueno, es una parte no despreciable del turismo balinés, uno de esos mustsee que hay que chequear en la lista.
Por último y como comentario cultural del día, les cuento que los balineses siguen un tipo de induismo, con los mismos tres dioses principales del induismo indú (valga la redundancia), pero con uno más arrecho que todos ellos por encima. El ritual diario arranca para todos armando unas cesticas-platicos de 15x15cm con frutas, flores, hojas y arroz adentro, que luego ponen acompañados de par de inciensos por todos lados, pero por todos lados: en las escaleras, puertas, carros, aceras, escaleras, etc, además de en los templos principales (el templo del mercado acumula montañas de cesticas de esas), los medianos templos de cada conjunto (un espacio de 4m x 4m que comparten entre unas 4 o 6 casas), y los pequeños templos de cada uno (generalmente una columna con un paño de cuadros negros y blancos en el frente de la casa). Algunas veces he visto a un señor con indumentario particular pasar por todos ellos bañandolos con agua que les rocia con una flor. Luego durante el día ves en el mercado la gente haciendo y vendiendo las cesticas, en los campos la gente cortando la paja que usan para hacerlas, en los templos algunos haciendo unas galletas de arroz que son parte de la ofrenda, y cada cierto tiempo ves que renuevan las ofrendas, sobre todo las de la acera que inevitablemente terminan pisoteadas por los transeuntes. Para la noche, mucha gente se dedica a tejer las cesticas del día siguiente, ya sea para si o para la venta en el mercado.
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